Pero la novedad radica en que los
actuales hallazgos encuentran pruebas de asentamientos de grandes poblaciones
en la Amazonía, en América del Norte y en la región austral, lo que sugiere
formas distintas de manejo del ambiente para conseguir gran cantidad de alimentos.
Las grandes poblaciones
precolombinas sugieren además que a la llegada de los conquistadores los
nativos no eran más que sociedades destruidas errando por los montes,
despavoridas ante la desaparición masiva de sus comunidades por pestes cuyo
origen local o foráneo se investiga en la actualidad. Esto pone en entredicho la
tradicional versión de que eran pueblos salvajes viviendo como en la
prehistoria, poco más que animales que había que domesticar.
Los descubrimientos en la Amazonía
nos llevan a confirmar cada vez más que en la gran selva ha habido una
intensiva intervención del hombre. Era una jungla antropogénica en la que el
indígena antiguo creó huertos combinando muchos árboles aprovechables con un
manejo mucho más inteligente que el chaqueo actual de desbroce y quema, lo que
nos lleva a sugerir que inventó la Agroforestería y tenía un dominio mucho
mayor de lo que hoy llamamos Productos Forestales No Maderables.
Cuando el ambiente no era jungla
sino sabana el antiguo indígena inventó grandes terraplenes y canales de agua
para implantar una agropecuaria hídrica basada en piscicultura, yuca, maíz y
joco. Estas enormes obras humanas sorprenden tanto como el invento de la terra
preta o suelo negro, un terreno fértil cuya capa arable alcanza a 30 y 60
cm de profundidad y que según estudios de edafólogos cubre un 10% de la cuenca
del Amazonas. Estos suelos no están asociados a un particular tipo de terreno
ni a una determinada condición ambiental, lo que sugiere que no son producto de
procesos naturales. Es decir que durante siglos la intensa actividad de los
nativos en el bosque en vez de destruir el terreno lo mejoró, algo que hoy
nosotros no sabemos hacer.
Fue también indígena uno de los
más grandes inventos de la humanidad que hoy no se resalta como debiera: el
maíz, creado hace más de tres mil años por los nativos de lo que hoy es México.
A diferencia de todas las plantas conocidas, no existe hoy maíz silvestre; es
una planta creada por los agricultores fitomejoradores de entonces manipulando
genes con cruzamientos entre plantas silvestres; transformaron una maleza en
una planta altamente productiva con una mazorca llena de granos comestibles.
Por eso el maíz es tan diferente al resto de los cereales y por eso cuando llegó
Colón los agricultores nativos americanos, desde Canadá a Chile, ya estaban
cultivando variedades mejoradas de maíz; hicieron lo que hoy, más de cinco mil
años después, los retrógrados llaman jugar a ser Dios.
Pero tal vez uno de sus mejores
aportes fue el sentido de libertad. La forma de concebir la vida de los indígenas de Norteamérica
sin someterse a jerarquías ni a clases sociales influyó en el carácter
libertario de las nuevas repúblicas e inspiró a los filósofos de la
Ilustración.