domingo, 9 de agosto de 2009

AMAZONÍA SIN CARRETERAS

Sobrevolando el bosque amazónico en la frontera de Bolivia y Brasil se entiende a vista de pájaro la diferencia entre conservar y destruir. También es posible asomarse a las imágenes satelitales de google de la zona para apreciar la diferencia entre un bosque completo y otro invadido.

Cómo preservar el tejido verde de los bosques del norte de Bolivia y detener la destrucción en Brasil es el desafío de imaginarse un mundo distinto, basado en la sostenibilidad y no en el consumo. Pero es un desafío porque comprende la necesidad de estimular el desarrollo y reducir la pobreza. Conservar una selva con su fauna y flora no es tan difícil, lo difícil es conservarla con el ser humano adentro. La gran diferencia entre estos dos países radica precisamente en la desproporción de poblaciones. Mientras en el lado destruido se ha promovido la ocupación a base de carreteras y facilidades productivas que acaban destruyendo el medio, en el bosque prístino no existen condiciones para establecerse. El vecino nos demuestra que forzar la ocupación sin una planificación adecuada nos llevará a una destrucción irreversible.

Hasta ahora la reducida población de Bolivia ha sido uno de los principales aliados para evitar los estragos cometidos por el vecino, pero la invasión de esta región puede ser simplemente una cuestión de tiempo. Antes que ocurra debemos planificarla con planteamientos nuevos que desafíen a las ideas tradicionales. Un cambio total de conceptos que hagan por ejemplo que no construyamos carreteras o líneas férreas y más bien aprovechemos el sistema fluvial de la cuenca amazónica para el transporte de grandes volúmenes; que subsidiemos al transporte aéreo para el traslado de personas; que recompensemos por la conservación del bosque; que hagamos cumplir a cabalidad las normas de certificación en la producción de madera; que fomentemos la industrialización de productos no maderables para evitar la agricultura a gran escala y en fin, que adoptemos medidas basadas en un cambio del paradigma de desarrollo. Si tanto se habla de que el principal activo de la región son sus reservas de carbono que alcanzarían a un valor de 2,8 billones de dólares, tengamos la habilidad de convertirlos en recursos para estas acciones.

No olvidemos lo expresado por varios analistas: la Amazonía no está siendo deforestada por comunidades; está siendo desmontada y degradada por las acciones de individuos, sean éstos familias o empresas, y si se la quiere salvar de la destrucción, será necesario motivar a los individuos para que cambien de comportamiento. Y entre estos individuos están los gobiernos que por populismo fomentan la invasión de esta región para repetir la combinación de destrucción y pobreza y los seudo empresarios que han destruido y siguen destruyendo bosques a razón de 200.000 has por año para implementar una agropecuaria basada más en la posesión que en la productividad.

2 comentarios:

Tania dijo...

Muy interesante, encuentro muy acertadas sus opiniones, sobre el uso de transporte fluvial en ves de carretera, esto hemos comentado siempre en casa. De que en el Beni no son adecuadas las carreteras, parece que cuando se ha hecho carreteras los mismos Ganaderos se encargaron de picotearla y destrozarla porque funcionaba como un dique perjudicando la ganadería. Hay dos libros que me llaman la atención e ilustran bastante esta situación, el uno es “La cultura de la limnología” de Pepe Barba y el otro es la "Cultura Hidráulica de la Amazonia” de Oscar Saavedra, un discípulo de Keneth Lee -los dos bolivianos- que hablan de esto y explican en base a estudios arqueológicos que en el Bení en la Amazonía hay un complejo de camellones y canales y que pareciera ser que estos entre otras cosas estaban diseñados para permitir el transporte por agua y por tierra.Felicidades y quedamos a la espera de su próximo artículo.

Saludos.

Tania Jordán

Unknown dijo...

"Conservar una selva con su fauna y flora no es tan difícil, lo difícil es conservarla con el ser humano adentro"

Imaginemos la selva de Pando....

Imaginémosla con medio millón de habitantes....

Imaginémosla con dos millones de habitantes....

Imaginémosla con 10 millones de habitantes....

Imaginémosla con 100 millones de habitantes...

Imaginémosla destruída.